Dentro de la mitología nórdica, los lindworm, también conocidos como lindorm en Noruega, lindwurm en Alemania, linnorm exclusivamente en Escandinavia, y dreki («dragón») u ormr («serpiente») en la época vikinga, son criaturas míticas que tienen sus raíces en el folclore y la mitología de Europa central y Escandinavia. Aunque se encuentran principalmente en Suecia, su presencia se registra en diversas culturas y en diferentes entornos, incluyendo cuerpos de agua como océanos y lagos, aunque de manera esporádica.

El pastor suizo Johannes Stumpf, en su Crónica de 1548, hizo referencia a dos especies de dragones alpinos: el Track (Drache), que habitaba en grutas en las cimas, y el Lindwurm, que se encontraba en los desfiladeros de los torrentes. En general, se creía que los lindworms aparecían en lugares como cementerios e iglesias, alimentándose exclusivamente de cadáveres humanos. También se decía que rondaban por valles, acercándose a granjas en lugares remotos para consumir ganado. Aunque no siempre se consideraban tan peligrosos como los dragones, las descripciones de estas criaturas solían incluir rasgos repugnantes.

A lo largo de la Edad Media, el mito de los lindworms fue desapareciendo gradualmente. Aunque estas criaturas compartían algunas características con los dragones y las serpientes, su representación específica variaba según las tradiciones locales. Su presencia en el folclore refleja la fascinación de las culturas europeas con las criaturas míticas y la incorporación de elementos naturales en sus narrativas mitológicas.

Representación y características del Lindworm

En el folclore sueco, los Lindworms son descritos como serpientes forestales gigantes sin extremidades que habitan en lo profundo del bosque, entre las rocas. Estas criaturas oscuras presentan aletas dorsales a lo largo de la columna vertebral, similares a las de los peces, o incluso una melena semejante a la de un caballo, lo que les ha valido el apodo de «serpiente de melena». Para defenderse, pueden escupir una sustancia asquerosa, similar a la leche, capaz de cegar a sus enemigos.

Además, los huevos de Lindworm se colocan debajo de la corteza de los tilos, y una vez que eclosionan, estos seres se deslizan para encontrar un hogar entre las rocas. Por otro lado, durante la caza, adoptan una forma de rueda, devorando su propia cola y rodando a velocidades sorprendentes para capturar presas. Aunque las creencias en la existencia real de los Lindworms persistieron hasta el siglo XIX, especialmente en regiones como Småland en Suecia, estas historias fueron objeto de escepticismo y ridiculización por parte de eruditos.

En el caso de la Europa Central, el Lindworm suele representarse más parecido a un dragón. Generalmente, tiene un cuerpo escamoso y serpentino, con cabeza de dragón y, a veces, dos extremidades anteriores con garras, e incluso alas en algunos casos. La estatua del Lindworm en la fuente Lindwurm en Klagenfurt, Austria, es un ejemplo que presenta cuatro extremidades y dos alas. A diferencia de un wyvern, el Lindworm no camina sobre sus extremidades, sino que se desliza y utiliza sus brazos para la tracción, similar a un lagarto topo.

Existen ramificaciones relacionadas del Lindworm en diversas culturas fuera de Europa central y septentrional. Por ejemplo, el guivre francés y el wyvern británico muestran características que se asemejan más a un dragón que al Lindworm tradicional. En cuanto a su simbolismo, en la Edad Media cristianizada, el Lindworm hacía referencia a las plagas como la guerra o la peste. A pesar de sus atributos negativos, se creía que poseer la piel de un Lindworm otorgaba mejores conocimientos en medicina y naturaleza.

Leyendas que mencionan su existencia

Las leyendas que narran la existencia de los Lindworms están arraigadas en diversas tradiciones y abarcan desde cuentos austriacos hasta relatos de la mitología nórdica y folclore suizo. Estas historias pintan un cuadro fascinante de estas criaturas serpentinas, sus interacciones con humanos y las creencias asociadas con su presencia. A continuación, te dejaremos un listado donde se destacan algunas de estas leyendas más importantes:

  1. Lindworm de Klagenfurt: En un cuento austriaco del siglo XIII, un Lindworm vivía cerca de Klagenfurt, y las inundaciones a lo largo del río amenazaban a los viajeros. Se culpó al Lindworm, lo que llevó a un duque a ofrecer una recompensa por su captura. Un grupo de jóvenes ingeniosos utilizó un toro atado a una cadena como cebo, logrando atrapar y matar al Lindworm cuando este se tragó al toro.
  2. Piel muda y conocimiento: La creencia de que poseer la piel mudada de un Lindworm confería un gran conocimiento en medicina y naturaleza era común en diversas culturas. Esta idea reflejaba la conexión entre estos seres mitológicos y la adquisición de sabiduría.
  3. El gusano Lambton: En la leyenda del gusano Lambton, una serpiente con cabeza de «salamandra» aterroriza el campo de Durham durante años. Después de las Cruzadas, un noble, quien originalmente atrapó al gusano, recibe una armadura con púas y la tarea de matar al siguiente ser vivo que vea después de matar al gusano. Sin embargo, la historia toma un giro trágico cuando el noble se niega a cometer parricidio.
  4. Príncipe Lindworm: Un cuento escandinavo del siglo XIX, conocido como «Príncipe Lindworm» o «Rey Lindworm», relata el nacimiento de gemelos, uno de los cuales es un Lindworm mitad hombre, mitad serpiente. La historia sigue sus peripecias, incluyendo la búsqueda de una novia y eventos que llevan a la revelación de su forma humana.
  5. Leyendas suizas: En Suiza, hay relatos de Lindworms que aterrorizaban los alrededores de Grabs. En un cuento, un toro alimentado con leche durante siete años, con ganchos en los cuernos, derrota a un Lindworm. Otra historia presenta a un pastor de vacas que comparte un manantial de oro líquido con un Lindworm.
  6. Serpiente de Midgard: Por último, en la mitología nórdica, la serpiente de Midgard (Jormungand), conocida por ser uno de los artífices del Ragnarok, es una forma prominente de Lindworm. Odín menciona varios Lindworms royendo Yggdrasil en Grímnismál, y Saxo Grammaticus relata la historia del legendario Ragnar Loðbrók y un Lindworm regalado para su persona como mascota.