Hildisvíni, cuyo nombre se traduce como «jabalí de batalla», encuentra su hogar en las páginas de la Edda poética, específicamente en el poema Hyndluljóð. En esta obra, se describe a Hildisvíni como el fiel compañero de Freya, la diosa del amor, la fertilidad y la guerra. Cuando Freya no emprende su viaje celestial en un carro tirado por gatos, se desplaza montada sobre Hildisvíni, un jabalí de cerdas doradas con casi 2 metros de altura.

La presencia de Hildisvíni va más allá de ser simplemente un medio de transporte para la diosa. En el poema mencionado, Freya, disfrazada como una giganta, busca información sobre los ancestros de su protegido Óttar. El relato da un vuelco intrigante cuando Freya y Óttar, disfrazado como el jabalí, se encuentran con Hyndla, una vidente y giganta. En su encuentro, Freya logra persuadir a Hyndla para que comparta información sobre la genealogía de Óttar, reafirmando así el derecho a su herencia divina.

Curiosamente, el nombre de este jabalí también se entrelaza con la figura de Áli, cuyo casco lleva el mismo nombre. La trama se desarrolla en la batalla en el lago helado de Vänern, donde Áli perdió la vida y su casco fue tomado como botín por el rey sueco Adils. Sumado a esto, en la mitología nórdica también se menciona que Frey, hermano de Freya, posee un jabalí dorado muy similar que utiliza para transportarse y cuyo nombre es Gullinbursti.

Aparición de Hildisvíni en los videojuegos de la saga «God of War»

La presencia de Hildisvíni, el jabalí mágico de la mitología nórdica, ha dejado su huella en la reconocida saga de videojuegos «God of War». A través de las entregas de esta serie, Hildisvíni se manifiesta como una criatura mística de edad avanzada capaz de adoptar una forma humana en Vanaheim. Es un íntimo amigo de Freya y acaba desempeñando roles importantes e inclusive creando su propia narrativa en el tejido de la epopeya de Kratos y Atreus.

Hildisvíni en God of War (2018)

En el inicio de la aventura, Kratos, el espartano de piel ceniza, guía a su hijo Atreus en el arte de la caza. Durante su travesía para esparcir las cenizas de la difunta Faye, madre de Atreus, en la cima más alta de los Nueve Reinos (Ygdrasill), padre e hijo se encuentran con un jabalí peculiar. Este jabalí, distinguido por extrañas marcas doradas en su cuerpo, resulta ser Hildisvíni.

Atreus, en su aprendizaje del tiro con arco, intenta cazar a Hildisvíni, pero la flecha lanzada por este no perfora al jabalí, lo que desencadena una persecución por parte del dúo. La búsqueda lleva a Kratos y Atreus a encontrarse con Freya, la protectora de la naturaleza. Ante la herida de Hildisvíni, Kratos se ve obligado a socorrer al animal, marcando el inicio de una conexión entre los protagonistas y esta diosa.

Freya, interpretada por la talentosa actriz Danielle Bisutti, solicita la ayuda de Kratos para salvar a Hildisvíni. La travesía los lleva a la cabaña de Freya, ubicada bajo una gigantesca tortuga en la Arboleda del Santuario. En un acto de colaboración, Kratos deja al jabalí en un símbolo circular en el suelo, permitiendo que Freya emplee sus habilidades mágicas para curar al animal con éxito.

Continuación en God of War Ragnarök (2022)

La narrativa de Hildisvíni se extiende en la continuación de la saga, «God of War Ragnarök». En esta entrega, se revela que Hildisvíni ha recuperado su forma original Vanir, un cambio significativo desde su introducción en «God of War (2018)». En un encuentro posterior al Fimbulwinter, Kratos y Atreus regresan a Vanaheim para ayudar a Freya, donde descubren el campamento de Freyr, aparentemente desierto, y son recibidos por los gruñidos y chillidos de un jabalí que resulta ser Hildisvíni.

Hildisvíni también desempeña un rol crucial al liderar el ejército de los muertos de Helheim durante Ragnarök. Negociando con Hræsvelgr, el gigante que habita en el confín del mundo, Hildisvíni se convierte en un personaje estratégico en la trama que rodea la inminente catástrofe. De esta forma, la saga «God of War» ha logrado integrar magistralmente elementos mitológicos en su trama, otorgando a criaturas como Hildisvíni un papel destacado y complejo en la narrativa.

Simbolismo de los jabalíes en la mitología nórdica

Los jabalíes, a diferencia de su pariente más doméstico, el cerdo, se destacan por su naturaleza dócil y pacífica. Los antiguos nórdicos observaban en estos animales una convivencia armoniosa en manada, donde la unidad matriarcal prevalecía. La manada, liderada por una o varias hembras adultas, seguía un trayecto marcado por la sociabilidad y la colaboración. Este comportamiento solidario resonaba en la sociedad nórdica, donde la importancia de la comunidad y la cooperación eran valores fundamentales.

De esta manera, los jabalíes eran vistos como amuletos de protección en la mitología nórdica. Su presencia en la vida cotidiana de los antiguos nórdicos se asociaba con la seguridad y la defensa contra fuerzas adversas. De hecho, portar imágenes o representaciones de jabalíes era considerado un acto que confería resguardo y fortaleza a aquellos que llevaban consigo estos símbolos. Además de su papel protector, los jabalíes también eran símbolos de fertilidad.