En la mitología nórdica, Sól (también conocida como Sunna) es la personificación del sol, siendo un ser femenino que viaja a través del cielo en un carro tirado por dos caballos, Arvak y Alsvid. Este mito sobre la diosa del sol es mencionado en diversas fuentes antiguas, como el poema eddaico «Grímnismál» y el poema «Vafþrúðnismál» de la Edda poética, así como en «Gylfaginning» de la Edda prosaica, escrita por Snorri Sturluson.

El viaje de Sól es fundamental para el ciclo diario en la mitología nórdica, ya que ella cruza el cielo de este a oeste durante el día y luego regresa durante la noche. Dicho de un modo sencillo, el viaje que realizaba la diosa Sunna correspondía con el día tradicional, desapareciendo para dar lugar a la noche. En definitiva, se creía que el sol era llevado a través del cielo por su carroza, y su aparición y desaparición diaria estaban vinculadas a este viaje.

Por ello, los nórdicos admiraban y dependían del sol, ya que proporcionaba luz y calor, y era crucial para la agricultura y la supervivencia en general.

El sol en la mitología

La figura de Sól en la mitología nórdica tiene paralelos con otras deidades solares de diferentes culturas, como el dios griego Helios o la diosa romana Sol. En este sentido, la adoración de entidades solares era común en muchas sociedades antiguas, debido a la importancia que el sol tenía en la vida cotidiana y en los ciclos agrícolas.

Uno de los ejemplos más claros que puede encontrarse de la importancia del sol para una mitología antigua se puede contemplar en la mitología inca. En esta mitología, aparecen dos personajes, Mama Ocllo y Manco Cápac, fundadores del pueblo inca, conocidos como los Hijos del Sol. En esta mitología, el Dios del Sol, Inti, tuvo a sus descendientes con la Luna.

El mito de la diosa Sól de la mitología nórdica

Como sucede con la mayor parte de las historias mitológicas, al hablar de una deidad como Sól, se debe hacer mención a su mito específico. En este mito, la diosa Sól parte todos los días con una carroza tirada por dos corceles alados, conocidos como Arvak y Alsvid. Conforme avanza por el cielo, la diosa es perseguida por Fenrir, el gigantesco lobo de la mitología nórdica, hijo de Loki, y, que aparece en numerosas historias, siendo llevado al cine en la franquicia de Marvel con Thor Ragnarok o al mundo de los videojuegos de la mano de la saga de God of War.

En este mito, Fenrir busca devorar a la diosa, y, los eclipses solares serían los momentos más cercanos a conseguirlo, cuando la sombra de Fenrir aparece tras el sol, del cual tira la carroza. Además, el mito finalizaría con el momento en el que el lobo alcanzase a la diosa, cuando sería reemplazada por su propia hija o su hermano, dependiendo de la historia.

Arvak y Alsvid, los corceles de Sól

Arvak y Alsvid son los dos caballos que tiran del sol en la mitología nórdica, cuyos nombres hacen referencia a términos que podrían ser traducidos como «el madrugador», y, «el veloz». Estos caballos eran los encargados de marcar el ritmo de los días, consiguiendo de esta manera controlar las estaciones, con los días más largos en verano, y, los días más cortos en invierno. Los caballos eran descritos con crines llameantes de luz, proporcionando calor a la propia diosa.

En la época de máximo calor, es decir, el verano, los mitos nórdicos hacen referencia a Svalin, un supuesto escudo que protegía la Tierra del excesivo calor que se producía durante este periodo. Para los pueblos nórdicos, la existencia de este escudo era vital para impedir que la Tierra se quemase, se secasen los océanos y se fundiese la roca.