La historia antigua está repleta de civilizaciones ya extintas que conservaban y promovían ciertas costumbres o movimientos que poco a poco se fueron olvidando también. Sin embargo, siempre quedará alguna clase de registro de alguno que otro acontecimiento importante, como es el caso del ya extinto método de tortura conocido como el águila de Sangre.

También conocido por su nombre en nórdico antiguo “rísta bloðorn”, el Águila de Sangre fue un método de ejecución y tortura, del cual no se conservan antecedentes concretos. Sin embargo, se le ha mencionado en reiteradas ocasiones a través de la literatura, específicamente en algunas sagas nórdicas como una especie de “rito de sacrificio humano”, aparentemente asociada a la veneración de un dios desconocido. Asimismo, también se ha podido visualizar en la icónica serie de Vikings del canal Historia.

Esta es una de las leyendas más discutidas de la mitología nórdica, no tan solo por lo enrevesado de todo el proceso de tortura asociado al Águila de Sangre. Si no también, debido a los pocos registros históricos y antecedentes que existen de este ritual vikingo antiguo. A lo largo de este artículo conoceremos todo lo relacionado con el Águila de Sangre, desde su funcionamiento y concepto hasta la veracidad de su existencia a lo largo de la historia.

¿Cómo funciona esta tortura?

El Águila de Sangre es quizás uno de los métodos de tortura más sangrientos, grotescos y desalmados que se han visto en la historia de la humanidad. Salvando las distancias con otros métodos conocidos de la mitología nórdica antigua, podríamos mencionar: La Ordalía, los Thralls o inclusive la mutilación. Sin embargo, en lo que respecta a verdadero terror y respeto, ninguna se acerca en lo más mínimo a lo que representaba el Águila de Sangre.

Aunque existen múltiples referencias un poco alejadas unas de otras, podríamos describir el Águila de Sangre de la siguiente forma… Este ritual vikingo consistía en la apertura de la caja torácica de la víctima desde la columna vertebral. Luego, se cortaban, abrían y separaban las costillas y la piel desde la espalda para conseguir la forma de un par de alas bañadas con sangre. Lo siguiente era un acto de dolor y malicia desenfrenados, pues se extraigan los pulmones de la cavidad con la víctima aún viva. Por último, toda esta “macabra obra de arte” era coronada con un puñado de sal que se esparcía por todas las heridas para que la víctima agonizara aún más.

Muchas personas podrían pensar en primera instancia que este acto era totalmente imposible y que para el momento en el que los pulmones eran extraídos la víctima ya estaría muerta. Sin embargo, gracias a estudios realizados por la Academia Medieval de los Estados Unidos, podemos saber que inclusive con las herramientas de hace cientos de años esto habría sido posible. La tarea tendría que haber sido realizada por un carnicero o algún guerrero con conocimientos amplios en anatomía. Además, una vez completada, la víctima no tendría más que un par de segundos de vida antes de colapsar debido a la perdida masiva de sangre o el colapso del sistema respiratorio.

Sumado a esto, gracias a la Academia Medieval de los Estados Unidos también fue posible conocer que el Águila de Sangre probablemente no haya sido un método de tortura o un ritual pagano. Si no más bien, una vía para saldar crímenes de sangre entre las clases sociales de alto rango, es decir, actuaba como un castigo justo y equilibrado para aquellos que habían cometido actos deshonrosos. Algunas de las víctimas del Águila de Sangre que podríamos destacar son por ejemplo:

  • Edmundo Mártir.
  • El Rey de Anglia Oriental.
  • Halfdn Haleg.
  • Máel Gualae.
  • Y posiblemente San Elfego.

Veracidad del Águila de Sangre en la historia

A pesar de ser un concepto formado, no se sabe con exactitud si el Águila de Sangre fue un castigo que realmente se llevaba a cabo. Ya que, aunque sabemos que existía la posibilidad de que algún especialista pudiese realizar el ritual con éxito, tan solo existen 9 referencias directas en la literatura vikinga de esta práctica. Además, todas ellas difieren en cuanto al tiempo que ocupan y sus descripciones, refiriéndose en algunas como un método de tortura o castigo y en otras como una descripción de la furia de los dioses.

En los más de años 250 de existencia de la sociedad moderna, no se han encontrado ninguna clase de registros arqueológicos, convirtiendo a la poesía escandinava como su única evidencia palpable. Por fortuna, estudios realizados en la Universidad de Keele han logrado demostrar que el “Águila de Sangre” formo parte del comportamiento de la élite guerrera. Este solo se realizaba en casos excepcionales, donde el honor de un guerrero que había cometido actos cuestionables debía ser restablecido.

Así pues, las ejecuciones espectaculares que se dieron gracias al Águila de Sangre probablemente no pasan de un par de decenas, pero sí que formaron parte de la mitología nórdica antigua. Ya que, además de que era físicamente posible, compaginaba a la perfección con sus hábitos relacionados con la ejecución. Sumado a la obsesión de los vikingos por demostrar un gran honor y espíritu guerrero ante sus compañeros y dioses. En la serie de Vikingos se puede ver un ejemplo de esta práctica, que no deja de ser una pieza más dentro del enorme puzzle de vikingos que existe.