Sigurd Ragnarsson, también conocido como Sigurd Serpiente en el Ojo, se levanta entre las brumas de la historia vikinga como uno de los hijos legendarios de Ragnar Lodbrok y Aslaug (o posiblemente Þóra), cuyo linaje se conecta con la gloria de los antiguos guerreros del norte. Desde su infancia, Sigurd fue reconocido como un guerrero excepcional, heredando la valentía y la destreza en la batalla de su renombrado padre.
A medida que fue creciendo, obtuvo dos rasgos que le distinguieron de sus hermanos; por un lado, su apodo de «Serpiente en el Ojo», y por el otro, un odio profundo hacia su madre Aslaug, por supuestamente haber dejado morir a su hermano Siggy. Tras la muerte de Ragnar Lodbrok, Sigurd heredó un vasto reino que abarcaba Selandia, Escania, Halland, las islas danesas y Viken, consolidando su posición como uno de los líderes más prominentes de la región. Se casó con Blaeja (también conocida como Heluna), hija del rey Aelle de Northumbria, y juntos engendraron una nueva generación de descendientes destinados a dejar su huella en la historia.
La vida de Sigurd estuvo marcada por la guerra y la intriga política, pues junto a sus hermanos Björn Ragnarsson y Hvitsärk, participó en audaces incursiones en Francia, desafiando a poderosos enemigos y forjando su reputación como un guerrero implacable. A pesar de su muerte, el legado de este vikingo perduró a través de sus hijos, especialmente Harthacanut, quien sucedió a Sigurd como rey de Selandia, Escania y Halland. Con todo esto en mente, conozcamos en profundidad la historia del gran vikingo Sigurd Ragnarsson.
¿De dónde proviene el apodo «Serpiente en el ojo»?

El enigma detrás del apodo «Serpiente en el Ojo» que distingue a Sigurd Ragnarsson entre sus hermanos se remonta a antiguas leyendas y mitos de la mitología nórdica, donde la magia y el destino se entrelazan en un tejido de misterio y poder. Según las sagas, Sigurd nació con una marca peculiar: la imagen de un uróboros, una serpiente o dragón que se muerde la cola, rodeando la pupila de su ojo izquierdo. Esta marca, más que una simple deformidad, lleva consigo un significado profundo y simbólico que ha intrigado a generaciones de vikingos y eruditos por igual.
Una versión de la historia narra que esta marca serpentina simboliza la victoria de Sigurd sobre la temible criatura Fáfnir, un enano malvado convertido en una serpiente gigante o dragón que custodiaba un tesoro robado a los dioses. La batalla épica entre Sigurd y Fáfnir, donde el héroe logra derrotar a la bestia y obtener su tesoro, es un tema recurrente en la mitología nórdica y representa la lucha del hombre contra las fuerzas del mal y la obtención de poder y riqueza a través del valor y la astucia.
Otra interpretación sugiere que la marca de uróboros en el ojo de Sigurd designa a Jörmungand, la serpiente gigante que se muerde la cola, y que en la cosmogonía nórdica representa el Ouroboros, un símbolo de eternidad, ciclos infinitos y renacimiento. Esta interpretación hace referencia a la conexión profunda que mantenían Ragnar y Aslaug; pese a que por un tiempo el primero estuvo casado con la hija del rey «Eysteinn», luego volvería a los brazos de su amada y engendrarían a Sigurd.
Las diferentes teorías sobre el fallecimiento de Sigurd
La muerte de Sigurd Ragnarsson ha sido objeto de especulación y debate a lo largo de los siglos, generando diversas teorías que intentan arrojar luz sobre los eventos que rodearon su trágico fin. Una de las teorías más populares, aunque ampliamente cuestionada por su veracidad histórica, es la que presenta la serie de televisión «Vikingos». Según esta versión, Sigurd habría perecido a manos de su propio hermano, Ivar el Deshuesado. Sin embargo, esta narrativa es altamente improbable y carece de fundamentos históricos sólidos que la respalden, siendo más bien una creación dramática para añadir tensión y conflicto a la trama.
Otra teoría más plausible sugiere que la muerte de Sigurd ocurrió alrededor del año 891, durante el ascenso al trono de su hijo Erico. Siguiendo esta línea de pensamiento, se argumenta que es más probable que Sigurd haya fallecido de causas naturales debido a la vejez, ya que no existen registros históricos que contradigan esta posibilidad. Esta explicación se basa en el principio de que, dado el contexto histórico y la ausencia de eventos significativos que sugieran una muerte violenta, la causa más probable sería el deterioro natural de la salud.

Por otro lado, existe una versión que sitúa la muerte de Sigurd en la línea de las incursiones vikingas en Francia. Según esta narrativa, Sigurd, junto a sus hermanos Björn Ragnarsson y Hvitsärk, participó en estas incursiones y se enfrentaron al emperador Arnulfo de Carintia. En la batalla que siguió, se dice que aproximadamente 100.000 daneses y noruegos, incluyendo a Sigurd y al rey Guðrøðr, perdieron la vida.
Influencia en la historia vikinga gracias a su descendencia
A lo largo de las generaciones, los hijos y nietos de Sigurd desempeñaron roles clave en la configuración del panorama político y social de Escandinavia e Irlanda. Uno de los hijos de Sigurd, Harthacanut, heredó vastas tierras tras la muerte de su padre, incluyendo Selandia, Escania, Halland, las islas danesas y Viken. Harthacanut se convirtió en rey de Selandia, Escania y Halland, y fue el padre de Gorm el Viejo, quien llegaría a ser un destacado monarca en la historia de Dinamarca. Gorm consolidó su reino y estableció una dinastía que perduraría por generaciones, sentando las bases para el futuro poderío danés en la región.
Aslaug, otra de las hijas de Sigurd, desempeñó un papel importante al casarse con Helgi, miembro de la dinastía Dagling. Su hijo, Sigurd Hart, sucedió a su tío como rey de Noruega y dejó un legado marcado por su valentía y liderazgo. A través de la descendencia de Aslaug y Sigurd Hart, se establecieron líneas de realeza que influirían en el destino de Noruega durante siglos. Por último, Thora, la tercera hija de Sigurd, emigró a Irlanda y se casó con Helgi Olafsson. Su hijo, Ingjald Helgasson, se convirtió en un poderoso caudillo en el reino de Dublín, consolidando el poder de la familia y contribuyendo al desarrollo político de la región.