Saga, cuyo nombre podría derivar de la palabra nórdica antigua «saga» interpretada comúnmente como «la que ve», es un dios asociado al conocimiento oculto y la capacidad de conocer los destinos. Algunos estudiosos sugieren que Saga podría ser, de hecho, otro nombre para Frigg, la esposa de Odín. Esta se desempeñaba como la guardiana de la historia y la memoria, velando por la preservación de los relatos de los pueblos, lo que la vincula estrechamente con la tradición oral y la transmisión del saber en la sociedad nórdica.

En las diferentes sagas, Saga se describe como una figura tranquila y sabia, asociada con la capacidad de prever los eventos futuros y con una profunda comprensión de las historias de los dioses y los hombres. Con todo esto en mente, veamos algunos de los detalles más interesantes sobre la figura de Saga en la mitología nórdica.

Breve mención de Saga en la Edda Prosaica

En la Edda Prosaica, específicamente en el Gylfaginning, se menciona brevemente a Saga, sin entrar en demasiados detalles sobre su papel o su naturaleza. La referencia a Saga aparece en el contexto de una lista de diosas que habitan en diferentes lugares celestiales. Se dice que Saga reside en Sökkvabekkr, un lugar descrito como «muy grande».

El término Sökkvabekkr se traduce generalmente como «el banco sumergido» o «el banco de los que se hunden», lo que podría aludir a un lugar asociado con el conocimiento profundo, tal vez incluso relacionado con el conocimiento antiguo o esotérico, como la memoria y la sabiduría que Saga personifica. Este entorno, oscuro y profundo, podría simbolizar la naturaleza de la diosa misma, vinculada con el misterio y la revelación de secretos ocultos.

¿Qué hacía el dios de la adivinación en la mitología nórdica?

Aunque no se le otorgan tantas atribuciones a Saga como a otras figuras más prominentes, como Odín, su relación con la adivinación se vincula estrechamente con su morada en Sökkvabekkr, un lugar misterioso y relacionado con el agua, un elemento que en muchas culturas es símbolo de conocimiento profundo, la psique y los secretos no revelados.

El poema que menciona a Sökkvabekkr describe este lugar como el cuarto en el que «las gélidas olas resuenan». Este detalle sugiere un ambiente asociado con la calma, el misterio y tal vez la quietud que favorece la reflexión y el acceso a conocimientos ocultos. En este contexto, Saga y Odín están juntos en este reino, disfrutando de la compañía mutua mientras beben de tazas doradas, un símbolo de la nobleza del saber.

De esta manera, se entiende que Saga solo era una fuente de sabiduría, si no también de visiones, ya que se la asociaba con la capacidad de ver el futuro o de comprender los misterios del pasado. Al compartir este espacio con Odín, que también era un dios de la adivinación y la sabiduría, se resalta su conexión con el conocimiento profundo, el cual ambos compartían y cultivaban en su reino celestial.