Freyr, uno de los dioses más destacados de la mitología nórdica, es venerado como un símbolo de prosperidad, fertilidad y buen tiempo. Su nombre, que proviene del protonórdico frawjaz, significa «señor», reflejando su importancia y su papel como una figura central en las creencias nórdicas.
Asociado con la monarquía sagrada y la virilidad, se ve como un dios que otorga paz a los mortales, promoviendo abundancia y prosperidad. También es conocido por su vinculación con el Sol y la lluvia, elementos cruciales para la fertilidad de la tierra.
Hijo de Njörðr, el dios del mar, Freyr es, además, uno de los Vanir, una de las dos grandes razas de dioses en la mitología nórdica. Junto con su hermana gemela Freyja, Freyr juega un papel fundamental en los mitos nórdicos. En los textos de la Edda Poética y Prosaica, los dioses le otorgaron Álfheimr, el reino de los elfos, como recompensa por su destreza. Además, Freyr es famoso por su jabalí dorado, Gullinbursti, y por el barco mágico Skíðblaðnir, que siempre tiene viento favorable y puede plegarse para transportarlo. Dicho esto, veamos todos los detalles relacionados con la inmensa figura del dios Freyr en la mitología nórdica.
Freyr dentro de la Saga de los Ynglings

La Saga Ynglinga, escrita por Snorri Sturluson, evoca un relato de los dioses que es a la vez mitológico y evemerizado, es decir, transformado para adaptarse a una visión más humana de los dioses. Según esta saga, presentan a Freyr como un líder divino y protector de Suecia, un dios cuyo reinado traía paz y prosperidad a la tierra.
En la narrativa, Freyr asume el trono después de la muerte de su padre, Njörðr. Su reinado se destacó por buenas cosechas y clima favorable, lo que hizo que los suecos lo consideraran responsable del bienestar de la nación. Como parte de su legado, Freyr construyó un gran templo en Uppsala, un lugar que se convirtió en el centro del poder y la adoración en la región.
La paz y la abundancia que trajeron los sacrificios y la devoción hacia él continuaron incluso después de su muerte, cuando su gente continuó ofreciendo sacrificios en su honor, convencidos de que su influencia perduraba. Aquí también se nos comenta que a Freyr se le da el nombre de «Yngve», un título de gran estatus, y cuyo linaje se asoció con los reyes de Suecia, conocidos como los Ynglingos.
Relación entre Gerðr y Freyr
Dentro de la Edda Prosaica, Freyr se enamora profundamente de Gerðr, la hija de Gymir y Aurboda, cuya belleza es tan deslumbrante que ilumina todo a su alrededor. Esta historia comienza cuando Freyr, desde su trono en Hlidskjálf, tiene la capacidad de observar todos los mundos. Al mirar hacia el norte, descubre una gran casa en la que una mujer, con una resplandeciente luz que emana de sus manos, se acerca. Esa mujer resulta ser Gerðr, la más hermosa de todas las gigantes.
El enamoramiento de por Gerðr es inmediato y profundo. Su deseo por Gerðr lo consume en tristeza y melancolía, incapaz de disfrutar de nada, temiendo morir sin lograr que sea su esposa. Desesperado, Freyr recurre a su siervo, Skírnir, quien tiene la habilidad de viajar y negociar en su nombre. Freyr pide a Skírnir cortejar a Gerðr y, a cambio, exige la espada mágica, tan poderosa que lucha por sí sola.
Skírnir, armado con la espada y el mandato de su amo, se dirige a la casa de Gerðr y la convence de comprometerse a casarse con Freyr, aunque con una serie de amenazas y promesas. Tras negociaciones, Gerðr acepta casarse con Freyr, prometiendo viajar a Barrey en nueve noches para formalizar la unión.
La caída del dios de la lluvia en el Ragnarok

El elemento clave del deceso de Freyr se relaciona precisamente con lo anteriormente mencionado, la pérdida de su espada mágica. Antes del Ragnarök, Freyr ya había sufrido las consecuencias de no tener su espada. Según la Edda prosaica, Freyr mató al gigante Beli sin su arma, utilizando un asta de ciervo durante su encuentro. Este episodio muestra que, aunque Freyr era un dios poderoso, la falta de su espada lo hacía vulnerable y, en última instancia, le costó un gran sacrificio.
Durante el Ragnarök, Freyr luchará contra Surtr, el gigante de fuego, principal causante de la destrucción del mundo y enemigo del orden cósmico. Sin embargo, debido a su falta de la espada mágica, el destino de Freyr es ser derrotado en este combate crucial. A pesar de la derrota que se le predice, Freyr no se presenta como un dios completamente desprovisto de poder. A lo largo de su vida, incluso sin su espada, aún posee dos artefactos mágicos creados por los enanos: el barco Skíðblaðnir y el jabalí Gullinbursti.
El barco Skíðblaðnir, siempre con viento favorable y plegable, simboliza la habilidad para moverse por el mundo y superar dificultades. Aunque no hay mitos que narren cómo este artefacto influyó en el Ragnarök, la existencia del barco subraya su naturaleza mágica y versátil. Por otro lado, el jabalí Gullinbursti, cuya crín brilla para iluminar el camino de Freyr, es otro símbolo de su poder. Este jabalí leal aparece en la Edda, destacándose en la muerte de Baldr, donde el dios de la lluvia lo monta en el funeral.
